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Koha

El objetivo del milenio de reducir la pobreza es un compromiso trascendental asumido por los líderes del mundo en el año 2000. Este objetivo busca liberar a nuestros semejantes, hombres, mujeres y niños de las condiciones abyectas y deshumanizadoras de la pobreza extrema. Para lograrlo, se establecieron ocho objetivos inspiradores, y se tomaron medidas prácticas de amplio espectro para mejorar las vidas y las perspectivas de futuro de las personas en todo el mundo1.

En el contexto de América Latina y el Caribe, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) examinó las condiciones en las cuales cada uno de los 18 países de la región podría alcanzar las metas de reducción de la pobreza establecidas en la Declaración del Milenio. Estos países incluyen Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, la República Dominicana, Uruguay y Venezuela. La pregunta central era si, para el año 2015, cada uno de estos países habría logrado disminuir a la mitad la tasa de pobreza extrema que registraba en 1999. Esto se evaluó en dos escenarios: uno basado en la evolución histórica de los países y otro alternativo que simula cambios hacia un “ideal regional” más rico y equitativo2.

Las conclusiones del informe son tanto motivo de preocupación como de optimismo. Si los países siguieran comportándose como en la década de los noventa, solo 7 de los 18 cumplirían sus metas de reducción de la pobreza. Sin embargo, hay esperanza en el escenario alternativo, que considera cambios que acercarían a cada país a un estado más equitativo y próspero. A través de esfuerzos continuos y políticas efectivas, se puede avanzar hacia la erradicación de la pobreza en la región