Análisis, estrategia y prospectiva de la comunidad iberoamericana
- Madrid - España Ministerio de Defensa
- 226 Páginas 18 x 25 cm
Es hora de no perder una vez más las oportunidades que la historia presenta. La presencia económica de España en aquellas tierras americanas no
debe ser una simple apuesta mercantil al estilo de las más convencionales
relaciones económicas internacionales y muchas veces visualizada como una
nueva conquista. Esto significa también que para muchos es un requisito
necesario adoptar un tono diferente en las relaciones personales e institucionales, aunque más no sea porque las relaciones públicas son igualmente un
activo económico. En una agenda a elaborar, además de lo expresado con
anterioridad, entre las posibles políticas e instrumentos que podrían impulsarse, cabe citar los siguientes ejemplos: el fortalecimiento de la cooperación
económica y empresarial, el uso satisfactorio de los convenios internacionales y bilaterales, la homologación de las regulaciones y normativas de los productos, el impulso desde la U.E. de instrumentos de “investment partners”
que permitan financiar la creación de empresas mixtas y la transferencia de
tecnología, la creación de una agencia iberoamericana de inversiones, la creación de una red informática iberoamericana o de un sistema de información,
el fortalecimiento de programas de cooperación científica y tecnológica, etc.
En definitiva, América Latina constituye un escenario de proyección económica relevante para España, como las inversiones directas de sus empresas lo evidencian, pero, por su parte, España, por su dimensión y peso económico internacional, tiene todavía un peso menor en la proyección exterior
— 210 —
de aquellos países. Aprovechando la más reciente experiencia, se debería
diseñar una estrategia, con visión integral, que tomando en cuenta la labor
que se ha realizado, abriera una perspectiva de acciones encaminadas
hacia el futuro, inscribiendo en ella las actividades económicas y empresariales. Para lograrlo, deberían participar conjuntamente las diferentes administraciones del Estado, incluidas las descentralizadas, las empresas y
todas aquellas organizaciones o grupos de la sociedad civil que tengan que
ver con la temática. Está en cada uno asumir su responsabilidad
84-7823-933-2
355.43 I N° 118 2002
Es hora de no perder una vez más las oportunidades que la historia presenta. La presencia económica de España en aquellas tierras americanas no
debe ser una simple apuesta mercantil al estilo de las más convencionales
relaciones económicas internacionales y muchas veces visualizada como una
nueva conquista. Esto significa también que para muchos es un requisito
necesario adoptar un tono diferente en las relaciones personales e institucionales, aunque más no sea porque las relaciones públicas son igualmente un
activo económico. En una agenda a elaborar, además de lo expresado con
anterioridad, entre las posibles políticas e instrumentos que podrían impulsarse, cabe citar los siguientes ejemplos: el fortalecimiento de la cooperación
económica y empresarial, el uso satisfactorio de los convenios internacionales y bilaterales, la homologación de las regulaciones y normativas de los productos, el impulso desde la U.E. de instrumentos de “investment partners”
que permitan financiar la creación de empresas mixtas y la transferencia de
tecnología, la creación de una agencia iberoamericana de inversiones, la creación de una red informática iberoamericana o de un sistema de información,
el fortalecimiento de programas de cooperación científica y tecnológica, etc.
En definitiva, América Latina constituye un escenario de proyección económica relevante para España, como las inversiones directas de sus empresas lo evidencian, pero, por su parte, España, por su dimensión y peso económico internacional, tiene todavía un peso menor en la proyección exterior
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de aquellos países. Aprovechando la más reciente experiencia, se debería
diseñar una estrategia, con visión integral, que tomando en cuenta la labor
que se ha realizado, abriera una perspectiva de acciones encaminadas
hacia el futuro, inscribiendo en ella las actividades económicas y empresariales. Para lograrlo, deberían participar conjuntamente las diferentes administraciones del Estado, incluidas las descentralizadas, las empresas y
todas aquellas organizaciones o grupos de la sociedad civil que tengan que
ver con la temática. Está en cada uno asumir su responsabilidad
84-7823-933-2
355.43 I N° 118 2002